

El Rojo quería conseguir el triunfo para acercarse a Rosario Central y, para eso, quería imponer su fortaleza como local. Sin embargo, del otro lado, estaba el Malevo, elenco que se había asegurado la clasificación a la próxima ronda por el empate de Instituto y quería seguir escalando posiciones.
En la primera parte, al Rey de Copas le costó mucho generar, pese a que tenía más la pelota. Sólo buscaba llegar mediante pases largos. El conjunto de Villa Soldati se mostró más punzante y tuvo ocasiones para llegar al gol, como el remate mano a mano que tuvo Pedro Ramírez que tapó muy bien Rodrigo Rey.
La primera interesante que tuvo el dueño de casa fue tras un tiro libre ejecutado por Pablo Galdames qeu cabeceó Sebastián Valdez y tapó Ignacio Arce, pese a que le juraba al árbitro Pablo Echavarría que no la había tocado. El partido ya estaba emparejado, pero levemente era mejor el Orgullo Nacional.
Luego llegó la primera polémica. Es que Arce despejó y le pegó un manotazo a Gabriel Ávalos y posteriormente hubo una presunta mano, pero el árbitro ni el VAR lo vieron y todo siguió con normalidad. En el final, la visita jugó a los pelotazos y eso complicó al equipo de Julio Vaccari. Pero también iba a ocurrir otra jugada controversial, donde Facundo Miño pisó el tobillo de Luciano Cabral, pero tampoco hubo revisión de la jugada.
En el complemento, Independiente fue más decidido a atacar y logró acorralar al rival en su área. Mientras tanto, Riestra sólo estaba decidido a defender los remates, sin ánimos de llegar al arco contrario.
En el inicio, se iba a generar la ocasión más clara del encuentro. Es que, tras un juego asociado en el área del Malevo, Cabral tomó la pelota, definió y la pelota se estrelló en el palo. Luego Ávalos no pudo tomar el rebote. El ingreso de Lucas Román le iba a dar una gran renovación de aire al equipo.
El Rojo, por el medio y también por las bandas, insistía y quería llegar al gol. Primero con un disparo de Cabral y después de Felipe Loyola, pero el arco no se abría. Los dirigidos por Gustavo Benítez tuvieron una chance con un tiro de Nicolás Benegas que pasó cerca del palo.
Pero a los 33 minutos, todo iba a cambiar. Es que Cabral lo pisó a Braian Guille y la jugada continuó, pero, cuando se cortó, Echavarría lo amonestó. Sin embargo, el VAR lo llamó y el árbitro cambió su veredicto y le mostró la roja al enganche, para quedarse con uno menos.
El cotejo ya venía siendo chato en el tramo final y así continuó. El Rey de Copas controlaba y buscaba jugar con Álvaro Angulo o Román, pero la sólida defensa del adversario impidieron generar. La última fue un cabezazo de Matías Giménez que pasó cerca del travesaño. Como frutilla de postre al pésimo arbitraje, sólo se dieron cinco minutos, con todo el tiempo que se perdió.
Al margen de lo pésimo que dirigió Echavarría, Independiente sigue teniendo problemas a la hora de llegar al área. Tanto a Ávalos como a Giménez les cuesta generar y también hay pocos remates de afuera del área. El que más intentó así fue Cabral. En defensa hubo complicaciones más que nada por el sector derecho, producto de las subidas de Loyola primero y después de Federico Vera. El mejor fue claramente Kevin Lomónaco, con su firmeza y sus llegadas en profundidad al arco rival.
Respecto al arbitraje, insólito lo que se inclinó la cancha, no sólo con las más grandes, sino también con las pequeñas. De todas formas, el juego brusco de Deportivo Riestra lo cargó de amonestaciones. Para cerrar, insólito que sólo se adicionaron cinco minutos, con todo el tiempo perdido entre el chequeo de la expulsión de Cabral y lo que se perdió por el tiempo que hizo la visita.
Ahora el Rojo deberá cambiar el chip y pensar rápidamente en el choque ante Atlético Tucumán, a disputarse el miércoles a las 21:00 como visitante. De ganar ante el Decano y, por lo menos, empatar con Rosario Central, se asegura el primer puesto.