

La Ciudad de Buenos Aires tendrá una nueva línea de subte tras 25 años sin ampliaciones en la red. Se trata de la Línea F, que unirá Plaza Italia con Barracas a lo largo de 9 kilómetros y 11 estaciones. La licitación se lanzará en junio, con inicio de obras en 2026 y finalización prevista para 2031.
Con una inversión de 1.050 millones de dólares solo en la primera etapa, la Línea F comenzará uniendo Barracas con Congreso, con estaciones en Brandsen, Constitución, Cochabamba, Chile, Congreso y Tucumán. Luego, la traza continuará por Callao y Las Heras hasta alcanzar Plaza Italia.
El anuncio fue realizado por Jorge Macri desde la estación Facultad de Derecho de la Línea H, en un evento donde destacó la importancia del proyecto: "Es un orgullo que podamos encarar la obra de infraestructura urbana más grande de todo el país".
El ministro de Infraestructura, Pablo Bereciartua, subrayó los beneficios en términos de movilidad: "Vamos a conectar nuevos barrios y generar más transversalidades para que viajar en la Ciudad sea cada vez más fácil". La nueva línea se integrará con las seis existentes y permitirá conexiones con las futuras líneas de Trambús, que unirán Belgrano con Pompeya y Aeroparque con Pompeya.
Un impacto clave en el desarrollo inmobiliario
Más allá de la mejora en el transporte, la construcción de la Línea F tendrá un fuerte impacto en el desarrollo urbano e inmobiliario de los barrios que atravesará. Históricamente, la llegada del subte ha generado un incremento en la valorización de las propiedades cercanas a las estaciones, además de fomentar nuevas inversiones comerciales y residenciales.
Al respecto, Fernando Belvedere, titular de EFEBE Propiedades y martillero público con casi 20 años de trayectoria, explicó: "Los datos del relevamiento confirman lo que venimos observando en la dinámica del mercado inmobiliario. El aumento en la demanda de departamentos en venta es una señal de confianza y reactivación, impulsada en gran parte por el regreso del crédito hipotecario. Esto genera un efecto positivo en el sector, ya que muchas personas que antes solo podían alquilar ahora consideran la compra como una opción viable.
Y agregó: "En cuanto a los alquileres, la expansión de la oferta es una buena noticia para inquilinos, ya que mayor disponibilidad tiende a estabilizar los valores. Sin embargo, todavía queda por ver cómo evolucionarán los precios en relación con la inflación y la demanda real. Lo importante es que el mercado sigue en movimiento, y tanto compradores como propietarios deben estar atentos a estas tendencias para tomar decisiones estratégicas".
En zonas como Barracas y Constitución, donde la oferta inmobiliaria es más accesible que en otros puntos de la Ciudad, se espera un crecimiento en la demanda habitacional a medida que la conectividad mejore. En San Cristóbal y Monserrat, la nueva línea podría incentivar la revalorización de edificios antiguos y una mayor llegada de desarrollos inmobiliarios modernos.
Por su parte, barrios como San Nicolás y Recoleta verán optimizada su conectividad con el sur de la Ciudad, lo que impulsará el interés de inversores en el sector comercial y de oficinas. En Palermo, la estación de Plaza Italia consolidará aún más la centralidad del barrio como un punto neurálgico de movilidad.
Desde el gobierno porteño estiman que la Línea F transportará cerca de 300.000 pasajeros diarios, un volumen que no solo aliviará la carga de las líneas actuales, sino que también cambiará la dinámica urbana de Buenos Aires, ampliando las oportunidades de desarrollo en las zonas beneficiadas por la obra.