Desahogo. La palabra que define este momento. A pesar de que había grandes expectativas de parte de los hinchas para ganar este encuentro, lo cierto es que había incertidumbre de cómo podía jugar el equipo, más allá de las mejoras que demostró. Otro dato es que era el choque N°300 en el Libertadores de América - Ricardo Enrique Bochini.

El Rey de Copas comenzó el cotejo con todo, arremetiendo contra el rival. Ya tuvo la primera con un tiro libre de Federico Mancuello que tapó Facundo Sanguinetti. La jugada no cortó ahí. Y a los 2 minutos, mal despeje del defensor del Taladro, Santiago López tomó la pelota, eludió a dos jugadores contrarios y definió fuerte abajo para abrir la cuenta.

La visita quiso despertarse y tuvo dos oportunidades que fueron contenidas con seguridad por Rodrigo Rey. Seguía mejor el dueño de casa, que iba a tener un cabezazo de Joaquín Laso que se iba a estrellar en el travesaño.

A los 27 minutos, cuando los dirigidos por Julio César Falcioni no generaban nada, Ignacio Rodríguez lanzó un centro, descuido de la defensa roja, Emanuel Insúa cabeceó, tapó Rey y el rebote lo tomó Milton Giménez de cabeza para marcar el empate, cuando menos lo merecía. El equipo de Hugo Tocalli fue a buscar rápido el gol y tuvo la más interesante con un pase largo de Santiago Salle que capitalizó López, definió y Sanguinetti le ahogó el grito de gol.

Pero a los 44 minutos, Giménez cabeceó y la pelota se fue al córner, pero reclamó una mano de Laso. La jugada fue chequeada en el VAR y Nicolás Ramírez la fue a ver y sancionó penal para Banfield. A los 47, Giménez ejecutó, Rey adivinó el palo y atajó la pena máxima, para que todo el estadio explote de alegría, como si hubiera sido un gol.

El complemento nuevamente iba a ser favorable para Independiente, más allá de que tuvo un juego brusco al comienzo. A los 4 minutos, Alex Luna quiso entrar al área, Cristian Núñez lo derribó y Ramírez, sin dudar, sancionó penal. A los 7, Gabriel Ávalos lo pateó, Sanguinetti adivinó el lado, pero no llegó y puso el 2 a 1.

Más allá de que el Rojo sufrió en algunos centros del Taladro, lo cierto es que era el amplio dominador del partido, con sus permanentes llegadas y constantes remates. Sin embargo, le faltó la última jugada para convertir el tercero. A los 43 minutos, Aaron Quirós le propinó un patadón a Ávalos y fue expulsado. Cuando el árbitro pitó el final, el desahogo de los jugadores y los hinchas fue muy grande. Finalmente, se reencontró con el triunfo.

El Rey de Copas tuvo un gran encuentro que gustó en la gente. Desde hace mucho no se aplaudía tanto en el estadio. Mucha actitud y juego, con varios chicos. Rotundamente, la figura del encuentro fue Santiago López, entre el gol y todo lo que desplegó en la cancha. Ojalá siga así.

Tras el parate por la Copa América, el próximo rival será Instituto en Córdoba, con día y horario a confirmar. Ese cotejo ya será conducido por Julio Vaccari.