Hizo los deberes. El Rojo fue al Florencio Sola y consiguió los tres puntos vitales, para sacarse de encima una final, en busca del objetivo. Del otro lado estaba el Taladro, un equipo que no viene bien anímicamente y jugaba con la presión de sus hinchas.

La primera parte tuvo al Rey de Copas mejor y logró atacar por los costados. Sin embargo, las únicas llegadas de peligro que tuvo fue un remate de Alexis Canelo que pasó arriba del travesaño y un tiro libre de Jhonny Quiñónez que tapó Marcelo Barovero. Por su parte, el conjunto de Julio César Falcioni jugaba al contraataque, pero no dañó el arco protegido por Rodrigo Rey.

Pero a los 36 minutos, Fernando Rapallini fue llamado desde el VAR por una sujeción de Aarón Quirós a Joaquín Laso. El árbitro la revisó y determinó penal para los dirigidos por Carlos Tévez. A los 39, Quiñónez le pegó al medio y abrió la cuenta.

En el complemento, Independiente se dedicó a mantener el resultado y buscaba el error rival para atacar. La única interesante fue un liviano, pero incómodo, disparo de Gabriel Ávalos que fue a las manos de Barovero.

Por su parte, Banfield fue a buscar el empate, pero sin ideas de ataque. Fue puros pelotazos al área o buscando a Gerónimo Rivera. Sólo tuvo un tiro libre del Taladro que tapó Rodrigo Rey y un cabezazo en el final. No mucho más.

En el tramo final, el Rojo, desesperado y nervioso, aplicó un juego bastante brusco y se ganó un par de amarillas, aunque pudo despejar todas las pelotas llovidas del contrario, para lograr quedarse con el resultado.

El Rojo cumplió con lo que tenía que hacer, que era ganar. No fue bueno el encuentro, ante un rival bastante débil, pero pudo conseguir el objetivo y se metió en zona de clasificación a la siguiente fase. El próximo rival será Talleres en el Libertadores de América - Ricardo Enrique Bochini, con día y horario a confirmar.