Por: Santiago Montenengro

Más allá de la neblina y las sensaciones de lluvia, la gente se acercó al estadio y copó las populares. Se escucharon ensordecedores cánticos de apoyo al equipo, en busca de revertir la situación. Una salida con gran aliento. Homenaje para Aníbal Moreno por cumplir 100 encuentros en la Academia. En un día bastante fresquito en Avellaneda, el clima en el Presidente Perón era muy cálido y la muestra de apoyo fue constante.

En el inicio de la primera parte, los dirigidos por Fernando Gago tenían la pelota y a los 11 minutos, en una jugada por el sector izquierdo, Gabriel Rojas lanzó un centro rasante que capitalizó con Gabriel Hauche, quien remató de primera y puso el 1 a 0 para que explote el estadio en un grito de gol. Sin embargo, el choque iba a hacerse chato y mucho no iba ocurrir, aunque el Taladro tuvo sus aproximaciones. La más clara fue a través de Juan Francisco Bisanz, luego de amagar a Gabriel Arias, definir y Rojas la salvó en la línea.

Pero cuando parecía mejor el conjunto de Julio César Falcioni, a los 45 minutos, Hauche quiso eludir a Facundo Cambeses, pero el arquero derribó al Demonio y Pablo Dóvalo marcó penal sin dudar. El encargado de patearlo fue Matías Rojas, ya no muy querido por los hinchas racinguistas a causa de su decisión de no renovar con el Club e irse a Corinthians de Brasil a mitad de año. El 10 lo ejecutó y la mandó arriba del travesaño. Instantáneamente, se hizo presente una lluvia descomunal de silbidos para el volante.

El complemento iba a estar más entretenido y Racing iba a mejorar, a comparación de la primera etapa. El ingreso de varios juveniles causó un cambio de aire en el equipo. Banfield se iba a mostrar muy flojo en los pases y en el juego en sí. La Academia iba a tener su primera chance clara mediante un disparo de Matías Rojas que reventó el travesaño. De todas formas, los locales iban a cederle más la pelota a su rival, que no sabía qué hace cuando la tenía. Los de Gago iban a tener una nueva oportunidad con una recuperación de Baltasar Rodríguez, quien se la dejó a Hauche para que estire la ventaja y le erró a un arco libre.

Pero a los 44 minutos, se iba a desatar la locura en el estadio. Luego de un centro de Hauche y un mal rechazo de la defensa del Taladro, Gabriel Rojas tomó la pelota, disparó, pegó en dos jugadores de la visita e iba a sellarse la victoria racinguista e iba a aparecer un enorme desahogo en las tribunas. Hasta que Dóvalo pitó el final y ahí sí, la gente pudo festejar tranquilamente, más distendida.

Racing pudo conseguir la tan ansiada victoria para despegarse de los del fondo. Ya quedó bien en el pelotón y casi que se olvida de la zona roja. Al menos por un largo tiempo. Sigue dando que desear con su juego todavía, sí, pero ganó y eso es lo que tenía que conseguir. El próximo rival será Instituto en Córdoba, el lunes a las 21:45. Bien tarde. ¿Podrá seguir de racha?