Por: Santiago Montenegro

El presente de la Academia es cada día más preocupante. De los últimos 21 puntos, sólo sacó uno y fue en el empate con Independiente, donde también mereció perder. Además, es el equipo más goleado del campeonato con 26 tantos recibidos. Ya no había arrancado bien el certamen, levantó, quedó entre los mejores posicionados y ahora volvió a ser un desastre. Y más que evolucionar, el equipo pareciera involucionar.

En el inicio del juego, Racing ya iba a arrancar con el pie izquierdo. A los 4 minutos, cuando tenía la posesión, Platense lanzó un contraataque letal, Ronaldo Martínez lanzó un centro, mala salida de Gabriel Arias, cabezazo de Gonzalo Valdivia y puso en ventaja al local. Lo festejó entre lágrimas debido a que fue su primer gol en primera división. El Calamar no tenía eficacia, pero tenía la pelota. La Academia sólo tuvo una aproximación mediante un tiro libre de Matías Rojas que salió apenas afuera.

A los 24 minutos, saque largo de Ramiro Macagno, jugada por el sector de Facundo Mura y Leonardo Sigali, ninguno salió a cortar la jugada, Nicolás Castro sacó una gran asistencia que capitalizó con Martínez, quien definió de primera y le dio otro cachetazo a los dirigidos por Fernando Gago. Sorpresa en Vicente López. Una vez más, la defensa volvió a ser el centro de los insultos de los hinchas racinguistas que miraban el encuentro por televisión. Los de Avellaneda tuvieron esporádicas llegadas, pero el dominio era todo del Calamar, que atacaba por los costados.

En la segunda etapa, Racing estaba completamente desanimado y resignado con el resultado adverso. Platense jugó tranquilo, tocó y se aproximó al área rival. Arias empezó a ser más protagonista y a ser uno de los responsables de que la ventaja no se prolongue. La defensa no dio rastros de que estaba en cancha. El que más despierto estaba era Sigali, como viene pasando últimamente. El estadio Ciudad de Vicente López era una fiesta. 

Para concluir una noche para el olvido de la Academia, o mejor dicho para llenar cartón, a los 46 minutos, Edwin Cardona derribó innecesariamente a Ignacio Schor, pero el árbitro Hernán Mastrángelo cobró tiro de esquina. Lo llamaron del VAR, el referí cambió su veredicto y sancionó penal para el Calamar. Nicolás Servetto lo ejecutó, Arias adivinó el palo, pero, como contra Talleres, no alcanzó a despejarla y se selló el tercer gol local y la goleada.

El elenco de Gago cada vez juega peor y los hinchas ya no soportan este presente. La mayoría no quiere ver más al entrenador sentado en el banco de suplentes de Racing. El juego del equipo es cada día más preocupante. Antes parecía depender de un tiro lejano de Matías Rojas para abrir la cuenta, hoy ya ni eso. No se ven mejoras en ataque y menos en defensa. Insostenible el tema. Ahora deberá dar vuelta la página y pensar en el próximo choque que es con Vélez el viernes a las 21:30 en el Cilindro de Avellaneda. Un estadio que va a estar caldeado y repleto de insultos y silbidos. Y la situación estará más hostil si no se llevan los tres puntos.