“Crecí peleándome con mi papá para ver quién se comía el último trozo de queso” dice Laura admitiendo que, sin saberlo, estas vivencias se convertirían más tarde en lo que hoy es su principal fuente de trabajo. Luego de pasar 25 años desempeñando el rol de productora en una agencia de eventos y actividades turísticas, Serafini decidió dar a su vida un rumbo distinto y “vincularse más con la naturaleza”, explicó la fromelier durante una entrevista en "Un Tiempo Extra", el programa de radio del portal "Avellaneda Hoy", que se emite todos los miércoles de 9 a 10 en Conexión Abierta.

En medio de un viaje a Mar del Plata, Serafini se encontró con la oportunidad de trabajar junto a los tambos de “Granja la Piedra”, un emprendimiento familiar que tuvo un almacén para vender productos directo al público y que tuvo un mal desenlace debido a un incendio. Desde aquel el incidente, sus productos sólo se vendían al público en su restaurante, donde Laura y sus amigas se encontraban en aquel viaje. 

La fromelier sugirió a los dueños del negocio a invertir en él y volver a abrir las puertas del almacén a la gente. Esto produciría no solo un nuevo trabajo para ella sino también el desafío de aprender un oficio del que algo conocía: “Siempre tuve ganas de compartir lo que a mí me gusta, todo nace de ahí. Sabía de quesos que me gustaban a mí, entonces les propuse asociarnos por mis ganas de aprender y trabajar”. 

Serafini, junto a su pasado como productora turística, supo reconocer que a las personas les gusta visitar centros rurales de vacaciones y comer variedad de comidas elaboradas en la región: Aceites, embutidos, quesos y vinos. “Estoy empujando a otros productores de queso para que abran sus puertas y organicen pequeñas visitas al público. Se que a ellos les encanta contar cómo lo hacen y las personas ver el proceso de manufactura”. 

Es que, para cada estación del año, hay determinados alimentos que se pueden consumir. En el caso de los quesos, la fromelier cuenta que las vacas y ovejas tienen un ciclo de ordeñe, embarazo y lactancia que está concatenado con la producción y estación de quesos. Antes de otoño, dice Serafini, los animales aún mantienen ciclos cortos de ordeñe y pueden conseguirse buenas ricotas, quesos frescos y untables de cabra u oveja. 

En el invierno, donde los rumiantes se dedican a reproducirse, son guardados para cuidar a sus crías y descansar unos meses. En esta época, se pueden comer las conservas, los quesos duros o semi duros; concluye Laura. 

De cara a los cuidados y recomendaciones para comer bien un queso, la fromelier advierte que está mal congelar estos alimentos: “Los quesos siempre tienden a guardar algo de humedad, principalmente en la elaboración. Si vos tenés un queso fresco, un queso semiduro y lo frizás, esa humedad se va a cristalizar y la textura va a ser diferente”.

Laura Serafini es fromelier y curadora de quesos nacionales desde 2013 y tiene un local ubicado en la calle Quesada, junto a la esquina de 3 de febrero en el barrio de Núñez. Su negocio encontró la oportunidad de expandirse en medio de la pandemia de COVID-19, cuando sus pedidos crecieron y vio la necesidad de encontrar un lugar fuera de su casa donde almacenar mercadería y atender a todos sus clientes. 

- Para más información ingresar a: https://www.instagram.com/lauserafini_ar/

Entrevista: Rodrigo Ezequiel Santos  (Avellaneda Hoy)