Por: Santiago Montenegro 

Lo que empezó con una fiesta en el Libertadores de América - Ricardo Enrique Bochini, terminó con silbidos y una gran decepción en los hinchas. En la previa apagaron las luces y dejaron prendidos los reflectores rojos, para levantar a la gente, quienes inmediatamente arrancaron a cantar. Luego, el recibimiento fue fantástico. Además del eufórico cántico de la hinchada, se sumaron las bengalas rojas y blancas que inundaron el estadio por un par de minutos. Sin embargo, tras el desarrollo del encuentro, los jugadores se fueron entre reprobados con chiflidos y valorados con aplausos.

El Rojo comenzó el partido con pura actitud y ataque. De hecho, ya había tenido tres aproximaciones seguidas. Pero todo se derrumbó a los 6 minutos, por un error y pérdida de Kevin López, contraataque del Halcón, asistencia de David Barbona a Nicolás Fernández para que remate mano a mano con Rodrigo Rey y abra la cuenta. El Rey de Copas no lo podía creer.

El equipo de Leandro Stillitano buscaba el empate y buscaba profundidad, mientras que el conjunto de Florencio Varela presionaba y buscaba cortarle el juego a su rival. Los de Avellaneda no la pasaban bien, aunque llegaban al arco contrario. Sin embargo, costaban caros los errores defensivos. De esta forma, Santiago Solari casi anota el segundo, luego de quedar mano a mano con Rey, pero el arquero logró contenerlo.

Pero a los 32 minutos, el Orgullo Nacional iba a recibir otro cachetazo desmotivador. Después de que un fallo de Damián Pérez y el mal despeje de Santiago Salle en la línea, Santiago Solari definió y puso el 2 a 0. Una vez más, la defensa fue muy paupérrima. Para colmo, sobre el final de la primera mitad, Pérez tiró un centro, lo bajó en soledad Juan Cazares, quien se la cedió a Martín Cauteruccio y, desde la puerta del área chica, pateó y mandó la pelota afuera. Insólito lo que despilfarró.

En el complemento, Independiente entró muy desmotivado y no fue punzante y le faltó idea de juego. Encima, a los 8 minutos, Fernando Rapallini cobró penal para Defensa. Sin embargo, el árbitro fue llamado del VAR y se retractó con la decisión. De haberse cobrado pudo haber sido otro golpe muy fuerte para el equipo local. Sobre el final, Gabriel Alanís tuvo dos oportunidades para sentenciar la historia, pero en ninguna pudo. El Rojo sólo tuvo aproximaciones, pero casi no le dio trabajo a Ezequiel Unsain.

Otra vez, el Rey de Copas arrancó con muchas ganas, pero por errores defensivos quedó en desventaja y fue un fuerte cachetazo ya que todo quedó atrás. En esta ocasión, no pudo ni descontar. Faltan ideas de juego en ataque y la defensa estuvo muy desprolija. El próximo rival será Banfield como visitante el domingo a las 21:30.