

Por: Juan Manuel Armesto
En junio, se van a cumplir nada más y nada menos que 35 años de aquel último título internacional que levantó Racing para la alegría de su gente. La recordada Supercopa de Campeones de 1988, obtenida de la mano de Alfio “Coco” Basile, con un equipo plagado de figuras, como Ubaldo Fillol, Gustavo Costas o el uruguayo Rubén Paz.
Entre esas glorias, también se destacó un joven de por entonces 25 años, surgido de la cantera del cuadro albiceleste, Jorge “Camote” Acuña, quien dialogó en exclusivo con Avellaneda Hoy y compartió sus recuerdos de aquel plantel campeón.
“La base de ese equipo del ’88 se fundó tres años antes, a partir del ascenso”, expresó el referente de Racing, quien también se coronó campeón del torneo juvenil “Proyección ‘86”, cuando la hinchada precisaba una alegría en esa trágica temporada de 1983, cuando descendió a la Primera B.
En este sentido, el apodado “Rey del Pressing”, por su presión incansable ante los rivales, afirmó que a medida que el equipo avanzaba de ronda en el certamen, los jugadores “se iban sintiendo cada vez más campeones”. “Primero le ganamos al Santos, que era un gran equipo, pero yo me sentí campeón de la Supercopa cuando le ganamos a River”, agregó.
Aquel histórico plantel, cuya casaca abandonaba las clásicas tiras celestes y blancas para adaptarlas a dos franjas horizontales, primero derrotó al Santos de Brasil en octavos de final y pasó directo a semis por quedar libre en cuartos, donde se enfrentó a River, y clasificó a la final para derrotar al temible Cruzeiro en Belo Horizonte.
La euforia causada por el nivel de juego de ese equipo, generó que el Cilindro de Avellaneda reviente de gente cada vez que jugaban de local. “La gente nos apoyaba en masa. Ellos cantaban ‘Vamos a salir campeones de la Supercopa, para que lloren los de Boca’”, remarcó Acuña, y agregó. “Nos hacían sentir ganadores, se sentían identificados con nuestro juego”.
A su vez, el ídolo racinguista mantiene grabado en su mente las anécdotas compartidas con el plantel, el cual era fiel a las cábalas. “Teníamos que dormir en las mismas habitaciones y los mismos jugadores. Nadie se cambiaba de cama”, afirmó “Camote”. “Era un equipo que te daba vuelta los partidos”, agregó.
Por último, el exfutbolista destacó el recibimiento de los miles de hinchas tras volver de Belo Horizonte con el trofeo entre sus manos. “Lo lindo cuando ganamos la Supercopa y llegamos a las cuatro o cinco de la mañana, fue ver a cinco mil personas esperándonos. Eso fue algo hermoso”, concluyó Jorge Acuña.