viernes 26 de abril de 2024 - Edición Nº1969

Deportes | 11 feb 2023

Historia del Fútbol

Érase una vez: cuando Boca hizo de local en... ¡Wilde!

¿Las nuevas generaciones de hinchas del "Xeneize" se podrán imaginar que el equipo de sus amores tuvo una corta estadía en un predio donde actualmente está construido el ingreso hacia el acceso sudeste sobre la calle Las Flores?


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Por: Juan Manuel Armesto

Por una cuestión biológica, las generaciones que permanecen vivas aquí en el país y en el resto del mundo, conocen a Boca Juniors por sus logros, sus personalidades, y por su arraigamiento con el mítico barrio de La Boca. Sin embargo, ésto no siempre fue así, ya que tuvo una corta estadía por la localidad de Wilde.

Corría el año 1914 y se acercaban los 10 años de la fundación del equipo de la ribera, el cual hasta en ese entonces no contaba con estadio propio en el barrio de La Boca, por lo que tenía que conseguir un terreno, ya que había sido desalojado del viejo predio de las Carboneras Wilson.

De 1500 socios que tenía Boca en ese momento, nada más y nada menos que unos 1200 desertaron por la distancia y las complicaciones que había para cruzar la cuenca del Río Matanza en ese momento, además de mantener una racha negativa a nivel deportivo, lo que generó el operativo urgente para retornar a su barrio de orígen. 

Finalmente, el sueño wildense del "Xeneize", se terminó dos años más tarde. En el mes de mayo de 1916, la institución regresó a La Boca, y se llevó los tablones del viejo estadio. Ahora, su nuevo hogar se encontraba entre las calles Ministro Brin y Pérez Galdós. 

La cancha de Boca en Wilde, se encontraba donde actualmente está construido el ingreso hacia el acceso sudeste rumbo a la Autopista Bs-As - La Plata, sobre la calle Las Flores. Allí, se encuentra un monolito, el cual destaca el efímero paso de uno de los clubes más grandes del fútbol argentino y mundial.

Fue en ese entonces cuando los dirigentes del club, cruzaron el Riachuelo y ocuparon un campo grande en Wilde, por el cual pagaban 200 pesos al mes. Según narró el recordado investigador, Federico Larraín, Boca le pidió la autorización al Gobierno comunal de Avellaneda por su cercanía a la estación de tren.

Esos terrenos, le fueron comprados a doña María Ignacia Eyzaguirre de Urquizú, donde construlleron una casilla y una tribuna. Sin embargo, la historia no fue la más deseada, ya que los números no daban y la cantidad de socios que reunía el conjunto azul y oro en esa altura, se iba reduciendo.

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