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Cultura | 14 jun 2021

Historias de Avellaneda

Luca Prodan: Un mito del rock nacional que descansa en Avellaneda

El cantante Italo-escoces fue un icono del rock de los 80 en nuestro país. Sus comienzos en Argentina hasta el día de su muerte, donde convirtió el cementerio de Avellaneda en una visita obligada para todo fanático de Sumo.


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Por: Nicolás Fernández

Las vueltas de la vida llevo a Luca Prodan a vivir en Argentina. Un hombre culto, que habla 5 idiomas, que tuvo la mejor educación en Escocia y que no era ningún ignorante. Su adicción a la heroína fue la puerta de salida hacia estas tierras, y el suicidio de su hermana Claudia por la misma adicción, el detonante de querer recuperarse.

La mejor postal que tuvo de estas tierras fue en Córdoba, donde un amigo escoces le envió una imagen de sus sierras y eso lo llevo a decidirse que él quería vivir en ese lugar. La historia después es sabida: Conoció a German Dafuncchio, y junto a Diego Arnedo, Ricardo Mollo, Alberto Troglio y Roberto Pettinato formaron esa legendaria banda de Rock nacional a la que llamaron SUMO.

Luca vivió entre glorias y penas esta aventura en América del Sur. El éxito incesante de la banda, en los oídos de los jóvenes que sentían el renacer de un nuevo rock, después de una etapa oscura de la historia argentina, eran producto de su obra musical, la cual rompió con el estereotipo nacional que no aceptaba letras en inglés como parte de su cultura. Pero este héroe de otra tierra (como lo define el tema “Murguita del Sur” de Bersuit Vergarabat”) pudo ir en contra de ese paradigma imposible de romper. Y no solo lo logro, sino que llevo a una nueva generación a ser parte de esta ola revolucionaria del rock nacional.

Pero el rock no es solo alegría, fama, dinero y amor. El rock lleva a excesos que Luca no pudo superar. Bebedor nato de ginebra Bols, en todo recital estaba su “mamadera” cerca para beberla entre tema y tema. Y además siempre había un balde, para que pudiera vomitar en cuanto sintiese el malestar del exceso del alcohol. Héctor “Geniol” Rosas, amigo personal de Luca y performer en las previas de los shows de Sumo, contaba que “Luca no podía estar un día sin beber, esa su puerta de salida a los problemas que nos aquejan en silencio”.  Y así fue que el 22 de diciembre de 1987 una terrible cirrosis le quito la vida a ese calvo rockero que vino a estas tierras para escapar de una adicción, pero termino encontrado otra.

El sepelio se llevó a cabo en el Cementerio de Avellaneda, algo insólito porque él no pertenecía a esa jurisdicción. Lo curioso es que el cementerio donde iba a ser enterrado (Chacarita) se proclamó como falto de lugar para su entierro y es por eso que termino en el cementerio local, donde fue inhumado en tierra. Muchos visitantes, fanáticos de Luca y Sumo le rinden tributo en 2 fechas en particular: Una es la de su natalicio, el 17 de mayo y, la de su muerte, el 22 de diciembre.

En principio los visitantes provocaban incidentes dentro del cementerio pero por la cantidad de personas que se acercaban a brindarle un pequeño homenaje a su ídolo. Eso llevo a que muchas veces haya represión policial dentro de la necrópolis para que la paz vuelva a reinar en ella. Finalmente el cuerpo de Luca fue cremado y llevado por su hermano Andrea a Europa. La cruz que enmarcaba el reposo final de Prodan se encuentra en la casa de su hermano, quien la tiene en el fondo de su casa.

“Es increíble, pero no podía tirar la cruz. No soy fetichista pero es algo tan impregnado de amor y símbolos, de cosas que la gente puso ahí por alguna razón, que haberla tirado hubiese sido como darle un palazo en la cabeza a un niño. La tengo en Córdoba, en un jardín. A mi hijo le encanta ir a mirarla. Algunos me dicen que la saque, y me pregunto si es morboso, pero como no tengo problemas con eso prefiero conservarla".

El monolito que representa el descanso eterno de Luca Prodan en el Cementerio de Avellaneda es una roca especialmente traída de Córdoba, más precisamente desde la localidad de Traslasierras, lugar que adoraba Luca y que fue la ventana que lo trajo a vivir a estas tierras criollas. Según los empleados de la necrópolis es uno de los lugares más visitados del lugar. En ella hay paquetes de cigarrillos, botellas de ginebra Bols (Su favorita) e inscripciones que le dan vida a ese lugar. Desde “Sumo” a frases de canciones de la banda, terminando en una que se escucha frecuentemente entre los fanáticos: Luca Not Dead.
 

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