sábado 25 de octubre de 2025 - Edición Nº2516

Entrevista | 24 oct 2025

Comercios Locales

“En lo de Mecha hay de todo”: la historia detrás de la librería más querida de Wilde

Con más de 30 años de historia, la Librería Corvalán se convirtió en un emblema del barrio. Su dueña, Mercedes, cuenta cómo atravesó crisis, se reinventó y mantiene vivo el espíritu solidario de Wilde.


La historia de Wilde se remonta al siglo XVII, cuando los herederos Pedro Home de Pesoa de Sa, dueños de los terrenos donde crecería lo que hoy es la ciudad, donaron parte de esas tierras a los monjes del Convento de Santo Domingo. Allí se instaló una chacra modelo con calera, fábrica de tejas y huertas, hasta que en 1822 fue expropiada tras la reforma eclesiástica impulsada por Bernardino Rivadavia.

Con la llegada del ferrocarril entre 1882 y 1886, nació la estación que daría identidad al lugar: primero se llamó “Km. 14”, pero luego fue bautizada como José Antonio Wilde, en honor al médico y periodista quilmeño. Años después, tras el loteo de tierras y la construcción de la Casa de Bombas de Salubridad, comenzó el crecimiento de distintas villas que dieron forma a la actual ciudad, declarada oficialmente como tal en 1975 por la ley provincial 8536.

En el corazón de esa historia, sobre la calle Manuel Corvalán entre Mitre y Brandsen, se levanta la Librería Corvalán, un comercio que desde hace más de tres décadas es parte inseparable del barrio. Su dueña, Mercedes —o simplemente “Mecha”—, es una de las vecinas más queridas de Wilde.

“Hace treinta y dos años que estamos acá, en el corazón de Wilde. Arranqué con un local chiquitito, sola, en el año 1993. Puse toda la gana y la fuerza que podía en ese momento. Me costó un montón, pero con el acompañamiento de mis hijos, la incorporación de mi hermana María, con Mariana y mi marido, llegamos hasta hoy. Pasamos momentos buenos y otros difíciles, pero fuimos sorteándolos y acá estamos”, contó Mercedes con emoción.

Con el tiempo, su librería fue mucho más que un punto de venta de libros o útiles. Se transformó en un espacio de servicio a la comunidad.

“Desde que empecé, siempre tuve en la cabeza dar servicios a la comunidad. Aparte de la librería y la juguetería, le fuimos agregando el correo, el envío y entrega de dinero, el pago de facturas e impuestos, la recepción de paquetería y también la carga de la tarjeta SUBE. Tratamos de cubrir todo lo que va demandando el público o el cliente”.

En su relato, “Mecha” recordó uno de los momentos más difíciles de su vida comercial: “Te voy a contar algo del 2001. Estuve a punto de cerrar, fue un año con muchos problemas y dificultades, pero los clientes me daban fuerza para seguir. Un día tenía que abonar la mercadería y cae un proveedor; yo no contaba con el dinero y no sabía cómo decirle. Entré en estado de desesperación y no sé qué cara habré puesto, que él me miró y, sin que yo le diga nada, me dijo: ‘Quedate tranquila, vengo la semana que viene’. Para mí eso fue como tocar el cielo con las manos. Me largué a llorar, le agradecí y así continuamos”.

La Librería Corvalán también es conocida por un detalle pintoresco que encanta a grandes y chicos: el buzón rojo que luce en su puerta.

“La historia del buzón viene cuando contratamos Correo Argentino. Ellos me ofrecieron poner uno, que hay que mantener un poco, pero acepté y hoy lo tengo como una reliquia. A todo el mundo le gusta. En diciembre, los nenes del jardín vienen a poner la cartita de Papá Noel, nos sacamos fotos todos juntos. Es un lindo motivo para tenerlo en la puerta”.

Nacida y criada en Wilde, Mercedes siente un profundo amor por su barrio: “Amo Wilde, es mi lugar en el mundo. Nací acá, a ocho cuadras, en Villegas y Méndez. Todavía mi hermana vive en mi casa paterna. Wilde es una comunidad muy buena, pujante. En el negocio los clientes pasan a ser amigos. Me han apoyado siempre; gracias a ellos soy lo que soy.”

Entre risas, recordó un dato curioso que la vincula con los festejos locales: “No fui reina de Wilde, pero mi hija sí fue reina de Avellaneda. Se postuló representando la comunidad italiana de Agüero y Condarco.”

Sobre la actualidad, “Mecha” expresó su preocupación por la situación económica: “Me gustaría que esto mejore. Hoy estamos para abajo: las ventas han caído literalmente un 70%. La inflación que dice el INDEC no es así; en tres meses tuve aumentos que no trasladé a precios porque, si no, no vendés. Debo agradecer al colegio San Diego, que lo tengo acá al lado, y al jardín, que me ayudan un montón. Le ponemos toda la garra y el corazón para dar un servicio, ayudando a la gente y que ellos nos ayuden a nosotros.”

“Ya me hicieron otras notas -agregó-: la anterior fue por los 30 años y ahora es por la situación económica. En el 2001 no fue tan dramático, la gente se arriesgaba un poquitito, compraba. Ahora no compran. Yo me pongo en el lugar del cliente y digo: ‘Yo también, este gasto no lo hago’. Nos está costando mucho.”

Pese a todo, Mercedes mantiene su optimismo y su cariño por los vecinos: “Sí, nos conocen mucho y vienen de todos lados, porque en lo de ‘Mecha hay de todo’. Esperemos encontrar un nuevo rumbo, para el bienestar de todos”.

OPINÁ, DEJÁ TU COMENTARIO:
Más Noticias

NEWSLETTER

Suscríbase a nuestro boletín de noticias