

La emoción fue protagonista en el Cilindro de Avellaneda, donde Racing celebró junto a sus hinchas la reciente conquista de la Copa Sudamericana. A pesar de la inesperada derrota de anoche frente a Estudiantes de La Plata por 5-4, el festejo estuvo cargado de simbolismo, homenajes y un profundo sentido de pertenencia.
El plantel y cuerpo técnico, liderados por Gustavo Costas, recibieron medallas conmemorativas, mientras el DT fue distinguido con el emblemático saco del campeón, una tradición que conecta con la figura de Juan José Pizzuti. Además, los jugadores hicieron su entrada al campo de juego entre un pasillo formado por los campeones de la Supercopa 1988, quienes también rindieron tributo a los actuales héroes.
La noche tuvo momentos destacados, como la ovación para Roger Martínez, autor del gol decisivo en la final, y Juanfer Quintero, aclamado por los cuatro costados en medio de la incertidumbre sobre su futuro. Pero el instante más emotivo fue cuando Costas, llevado en andas por sus excompañeros de la Supercopa, tomó el micrófono para dedicar unas palabras a los hinchas.
"Gracias por acompañarnos y por apoyar a este grupo espectacular que dejó todo por la camiseta. Estoy feliz como ustedes. Amo este club", expresó el entrenador, quien también llamó a la unidad: "Cuando estamos juntos, logramos un millón de cosas. Que nunca nos dividan, hay que seguir soñando con más grandeza".
El festejo selló el vínculo eterno entre este grupo y la historia académica. De esta forma, Racing ya mira al futuro con la convicción de seguir escribiendo páginas doradas.