En los últimos años, la realidad del mercado inmobiliario argentino ha estado marcada por una fuerte fluctuación económica, lo que ha generado dudas entre los compradores respecto a la viabilidad de solicitar un crédito hipotecario. La pregunta recurrente entre quienes buscan adquirir una propiedad es: ¿es conveniente sacar un crédito hipotecario en este contexto?

Contexto actual

Según las estadísticas del Banco Central de la República Argentina, la cantidad de créditos hipotecarios otorgados ha disminuido notablemente en la última década. En el 2017, con el boom de los créditos UVA, más de 105.000 créditos hipotecarios fueron aprobados. Sin embargo, a partir de 2018, con la devaluación y la escalada inflacionaria, el número de créditos cayó estrepitosamente, alcanzando su punto más bajo en 2020 con menos de 20.000 créditos otorgados.

El panorama no ha mejorado significativamente desde entonces. En 2023, apenas 12.000 créditos fueron aprobados, lo que refleja la gran desconfianza de los argentinos hacia un sistema que, en muchos casos, ha dejado a los deudores atrapados en un esquema inflacionario donde las cuotas se disparan sin control.

El mercado de ventas

A la par de esta realidad, el mercado inmobiliario ha visto una caída en la cantidad de operaciones de compra-venta. Durante el 2023, se realizaron menos de 30.000 operaciones en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, una cifra muy baja si la comparamos con las 60.000 transacciones anuales que se registraban en la década de 2010. Esto refleja la falta de acceso al crédito y la pérdida de poder adquisitivo en un contexto de alta inflación.

¿Qué hacer entonces?

La conveniencia de tomar un crédito hipotecario hoy en Argentina depende de varios factores. Para quienes tienen acceso a ingresos dolarizados o con alto poder adquisitivo, podría ser una opción viable, siempre y cuando se evalúe cuidadosamente la capacidad de pago a largo plazo.

Por otro lado, para la clase media con ingresos en pesos, tomar un crédito hipotecario puede ser riesgoso. La constante devaluación de la moneda y la inflación galopante han demostrado ser variables difíciles de controlar, y los ejemplos de familias que hoy luchan por pagar sus cuotas UVA son una advertencia para cualquier comprador potencial.

Alternativas

Una alternativa a considerar son las compras directas a través de ahorros en dólares o esquemas de fideicomiso, donde las cuotas no se ajustan por inflación. Asimismo, en algunas provincias se están ofreciendo créditos hipotecarios a tasas subsidiadas, lo cual puede ser una opción atractiva si se cuenta con estabilidad laboral y un ingreso lo suficientemente sólido para cubrir las fluctuaciones del mercado.

Conclusión

La decisión de tomar un crédito hipotecario en Argentina debe ser cuidadosamente evaluada. Si bien existen oportunidades, es crucial analizar las condiciones macroeconómicas, el tipo de crédito y las proyecciones a futuro. En este contexto, contar con el asesoramiento adecuado, tanto financiero como legal, es fundamental para evitar caer en una trampa económica de la cual puede ser difícil salir.

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